Huamantla vive “La Noche que Nadie Duerme” entre arte, fe y tradición

A pesar de las intensas lluvias registradas durante la noche, el centro histórico de Huamantla, Tlaxcala, se miró vestido de color y devoción. Artesanos y familias enteras trabajaron sin descanso para dar vida a las tradicionales alfombras de aserrín multicolor que engalanan las calles, en honor a la Virgen de la Caridad.

La llamada “Noche que Nadie Duerme” comenzó desde las primeras horas con el trazado y decoración de los tapetes, una labor que combina paciencia, destreza y fe, y que atrae a miles de visitantes nacionales y extranjeros. Cada alfombra, hecha a mano, refleja no solo el talento huamantleco, sino también la profunda devoción hacia la patrona del municipio.

El clima no fue impedimento para que la ciudad vibrara con música, aromas y el ir y venir de peregrinos que esperaban el momento cumbre: la procesión de la Virgen, que recorre las calles adornadas en medio de oraciones, cantos y aplausos.

Entre el sonido de los pasos sobre el aserrín y las luces que iluminan la madrugada, Huamantla reafirma su compromiso con una de las tradiciones religiosas y culturales más emblemáticas de México, una noche donde la fe no duerme… y el corazón de la ciudad tampoco.