EN CORTO…

Por: Iliana CERVANTES

Todavía faltan bastantes días —muchísimos, diría yo— para que inicie el proceso electoral rumbo a 2027. Apenas los alcaldes cumplen su primer año de gestión y ya andan pensando en nuevas aspiraciones. Lo grave no es que tengan ambiciones políticas, sino que algunos ni siquiera tienen aprobadas sus cuentas públicas, lo que evidencia que algo no están haciendo bien en sus administraciones.

Unos ya sueñan con ser diputados y otros hasta con llegar al Senado. Pero primero deberían ponerse a trabajar; después, ya veremos. La misma historia se repite con funcionarios de la actual administración estatal: aún no concluyen su encargo y ya buscan dónde brincar. Bien lo dijo la gobernadora Lorena Cuéllar: “quien tenga aspiraciones, que renuncie”. Y es que resulta evidente el uso de recursos públicos en reuniones, eventos y hasta en publicaciones en redes sociales. Ahí es donde se nota: los que aparecen a cada rato en fotos, los que magnifican cualquier acción como si fuera un logro histórico o los que, en un exceso de protagonismo, hasta publican esquelas de figuras internacionales. Ojalá con la misma energía se preocuparan por su gente, porque en sus municipios sí habría motivos para publicar esquelas… de la seguridad, de los servicios básicos, del desarrollo.

En varios municipios la situación es clara: la inseguridad sigue fuera de control, pero sus alcaldes ya piensan en escalar a otros cargos. Ahí están los ejemplos de Tetla, La Magdalena Tlaltelulco, Zacatelco y Totolac. ¿Con qué cara se presentan como aspirantes si ni siquiera han podido cumplir en casa? Ojalá los ciudadanos lo recuerden cuando llegue el momento.

En contraste, en Apizaco hubo al menos un gesto de coherencia: una funcionaria municipal decidió renunciar a su cargo para enfocarse de lleno en sus aspiraciones políticas. Se dice que va por la alcaldía en 2027. Sin embargo, en ese municipio la contienda parece ser un déjà vu: todos los que participaron en 2024 quieren volver a hacerlo.

Eso sí, todo apunta a que Apizaco tendrá una elección marcada por las mujeres. Están las mismas de siempre, apuradas en mover piezas, pero también rostros nuevos como el de Noemí Rivera, quien poco a poco ha ido picando piedra sin extravagancias ni poses. Aunque esposa de un político, busca su propio espacio en la vida pública, y eso también es válido. Incluso ya se afilió a Movimiento Ciudadano, partido al que recientemente emigró la diputada federal Mariana Jiménez. Y ahí surge la pregunta obligada: ¿dónde quedan la coherencia, el respeto y el agradecimiento hacia el partido que les abrió las puertas y les dio las primeras oportunidades?

Al final, lo único claro es que mientras los políticos se adelantan a la carrera de 2027, la ciudadanía sigue esperando resultados aquí y ahora.