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Taurino

El Mojito cortó dos orejas y rabo en Mariano Escobedo, Veracruz

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Otra nueva experiencia escribió Alejandro Lima El Mojito en Mariano Escobedo, Veracruz, pintoresca población veracruzana, que salió a defender a su amada Fiesta, y a pesar de que caía el diluvio universal, la gente no se movió estuvo en entrega absoluta con su nuevo ídolo: El Mojito.
Así saludó con el capote a su toro con faroles de hinojos de las tablas hacia los medios, ahí aparecieron unas chicuelinas portentosas y una revolera que coronó el buen recibo capotero, consiguiendo que el público se pusiera de pie para ovacionar al torero de Tzompantepec, Tlaxcala.
En banderillas nuevamente otorgó todos los terrenos al toro, haciendo alarde de su capacidad física y torera tomó los tres pares en sus manos y con gran decisión ha lucido plenamente dejando un par al quiebro en los medios; el segundo al violín y el tercero al cuarteo por el pitón derecho, para entonces la gente estaba irremediablemente entregada a El Mojito con gritos de ¡Torero! ¡Torero!
Ya con la muleta en la mano derecha rodillas en la arena del tercio a los medios con pases por alto, aguantando hasta lo indecible. La faena lució a plenitud por la mano derecha que fue el lado por el que el toro se entregó absolutamente; aunque eso no fue óbice para plantearle el toreo al natural y a pesar de que el toro conocía en donde estaba el torero, El Mojito, como una columna inamovible extrajo pases importantes que fueron reconocidos por todos los presentes.
Antes de oficiar con la espada, dejó detalles pintureros con desplantes poderosos.
Así dejó un gran espadazo que hizo claudicar al toro y el público notoriamente entusiasmado exigió al juez de plaza concediera los máximo trofeos que acabaría paseando El Mojito con la entrega irremediable de todos los que llenaron a reventar la plaza de Mariano Escobedo. En la vuelta el conmovido ganadero José María González aceptó la invitación de El Mojito para escuchar las ovaciones que son el inmejorable reconocimiento del gran público.
Al final, cuando se retiraba al hotel, la gente se lo impidió por espacio de una hora aproximadamente, ya que todos quería estar con su ídolo, sacarse fotos y pedirle su autógrafo. Otra gran experiencia de Alejandro Lima El Mojito, quien avanza con paso firme.

Mariano Escobedo. Veracruz. Entrada Lleno. Toros de José María González, buenos en general.

Leonardo Zatarain: Silencio.

Cuauhtémoc Ayala: Dos orejas y rabo.

Alejandro Lima El Mojito: Dos orejas y rabo.

Gerardo Rivera: Dos orejas.

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