El 7 de enero de 1907, cerca de dos mil obreros de la fábrica textil de Río Blanco, en Orizaba, Veracruz, protestaron contra la sentencia dictatorial de Porfirio Díaz. Los obreros se manifestaron lanzando piedras e intentando quemar la fábrica.
Las demandas de los trabajadores eran mejores condiciones laborales, un salario digno, la regulación del trabajo infantil, entre otras.
Como antecedentes del movimiento, a inicios de siglo la industria textil tuvo una caída del mercado y una alza en costos industriales, costos que en 1906 pasarían a los obreros.
Los empresarios en el Centro Industrial Mexicano (CIM), publicaron un reglamento para fábricas de Tlaxcala y Puebla. Los obreros iniciaron una huelga regional luego de un intento fallido de negociación, motivando a que los empresarios buscaran la intervención del entonces presidente de México, Porfirio Díaz. Los empresarios declararon paro patronal, despidiendo a 30 mil obreros de todo el Valle de Orizaba.
Así pues, el presidente solicitó los puntos a negociar y emitió su declaración el 4 de enero. Descontentos, obreros de Tlaxcala y Puebla, elaboraron su contra reglamento y los del Valle de Orizaba iniciaron una huelga; sin embargo, siguieron trabajando y recibiendo ayuda del altiplano.
Para el 24 de diciembre de 1906, los obreros encontraron que la fábrica de Río Blanco permanecía cerrada hasta nuevo aviso. La situación los orilló al empeño y búsqueda de crédito en la tienda de Raya. Fue hasta el 6 de enero de 1907 que se leyó el laudo presidencial que ordenaba la reanudación de labores el 7 de enero, sin satisfacer ninguna de las demandas de los trabajadores y dio paso a la huelga.
La represión de los trabajadores de Río Blanco dejó como saldo, 200 obreros asesinados, 400 prisioneros, 25 soldados fenecidos, 40 heridos y más de 1500 obreros despedidos.
Informó para Estilo Tlax
Diana Karen Jiménez Laguna
Con información de CNDH México